Tenemos la mala manía de reclamarnos el pasado. Quejarnos de la ex novia, de los rumores, de los errores. Es estúpido y problemático. En primer lugar, porque nuestra historia no la podemos cambiar. Y en segundo lugar, porque de no ser por nuestra historia no seríamos quienes somos.
Sacamos la excusa de “superar a las personas de nuestro ayer”. Veamos pues: cuando hablamos de superar, hay juicios de valor implícitos. Es como si preguntáramos “¿ya eres mejor que tu ex?”. ¿Acaso esperamos que nos respondan algo como “sí, ya me queda pequeñx”? Esto es tan absurdo como evaluar a la gente con un número del uno al diez. “Ella es un siete y yo un nueve”. Es una reverenda idiotez.
Me he encontrado en esta dinámica más de una vez, y es algo que quiero evitar. Entonces, cuando sé que voy a querer a alguien, le pregunto sobre su pasado. No para juzgarlo, sino para aprender a quererlo.
Yo te prometo a ti, que estás o vas a estar en mi vida, hacer todo lo posible por amarte la historia. Dejarte saber cuando no lo logre, y abrazarte muy fuerte cuando sí. Yo te prometo a ti, que te quiero querer, intentar entender que lo que me gusta de ti nació en el ayer.
Valeria Farrés