Hablé con papá. De lo que pienso, de lo que sueño y de lo que creo. Él escuchó. Le dije en voz baja “ya crecí” y esta vez fue en serio. No para retrasar media hora el momento de apagar la luz, ni para que me deje escuchar las conversaciones de los adultos. La línea telefónica se quedó en silencio un segundo y luego la voz más fuerte del mundo me dijo “así es”.
Hablé con papá. No para oírlo decir que está orgulloso de mi, sino para decirle que ya sé cuándo debo sentirme orgullosa de mi. Mi viejo se aseguró de que yo aprendiera cuando estarlo para que si un día faltan sus pulgares arriba a mi no me falte la cabeza en alto.
Consejos y caminos han sido sus regalos. “Ahí está el caballo hija, ahora aprende a montarlo”. Soy y seré siempre niña de papá. Él es y será siempre papá de su niña. Yo voy a agarrar las riendas, pero sé que si me canso o duele demasiado, él las sostendrá un rato. Y es que en la debilidad se encuentra la fuerza. “Sacúdete la tierra y súbete” dice cada vez que me caigo.
Hablé con el hombre que me cantó “la consentida” mil y un veces porque se lo pedía. Con el que me dijo que si quiero ser payaso él me busca un buen circo. Con el que me enseñó que el segundo lugar era el primer perdedor y un rato después abrazó a su perdedora de escarapela roja cual campeona olímpica.
Hablé con el primer hombre de mi vida y el único héroe de mi historia. Ese que me prestó su espalda para jugar a la equilibrista mientras él “recibía un masaje”. El de la barriga que abrazo desde que no la podía siquiera rodear con mis brazos. El de la barba que me hace cosquillas en la frente con cada beso de buenas noches. El de las mañanas de prisas al colegio y las cenas para sanar mis tropiezos. El de las vueltas al conuco los domingos y las gradas nunca vacías en los concursos. En dos palabras: el mío.
Papá tuvo cuatro niñas y dice que no podría haber sido mejor. Le aplaudió a la banda de rock que tocó canciones inventadas en la sala golpeando la olla con el cucharón. Abrió mucho los ojos la primera vez que me vio maquillada, y sospecho que escuchó con secreto alivio que el novio ya no era novio. Papá tuvo cuatro niñas en un mundo de hombres y al verse preocupado decidió ocuparse. Les hizo saber todos los días que en este planeta caben. Construyó una casa en la montaña y me llevó a mirar la ciudad. Me dijo que es feroz. Feroz y mía.
Hablé con papá y escuché la voz que me dijo “está bien, nos la llevamos” a mis cuatro años cuando, en una misión al supermercado para comprar leche, me enamoré de la cachorrita en la vitrina. La misma que 15 años después me dijo “se nos está yendo Miel, vent a despedirte”. Del que tras mi cambio de opinión 24 horas antes de la mañana de navidad consiguió una silla de montar para complacer caprichos de último momento. Del que me regaló a mi alma gemela de cuatro patas y fue conmigo de cabalgata. La voz que me habló de sus ideas y supo después callar para escuchar las mías. Escuché de lejos la voz de siempre.
Pasa que ahora en la distancia extraño el tráfico de Caracas que me daba una hora cada noche para hablarle de mi día. Entonces salgo de la universidad y conecto mi celular al bluetooth del carro para escuchar su voz con volumen muy alto y que me acompañe todo el camino.
Hablé con papá. El hombre que me enseñó que para sus hijas no existe la soledad porque él que sabe estar lejos y aún así estar. Hablé porque creo en lo que dice y en lo que digo. Hablé porque creo en lo que siente y lo que siento. Hablé con papá: el de lo que pienso, el de lo que sueño, el de lo que creo… el de la vida.
Papá no se va a morir porque cuando el cuerpo falta el recuerdo queda. Tal vez me falten sus ojos, pero no su forma de mirar. Tal vez me falte su voz, pero no sus ideas. Tal vez me falte su abrazo, pero él siempre va a estar. El mundo quiere que esté lista para su ausencia… déjenme decirles que el cielo no se va.
Hablé con papá: dice que cree en mi.
Valeria Farrés
Snif! MI amazona de la vida. Siempre conmoviendo mis sentires, removiendome el alma. Extrañando tu presencia tan real, tan verdad. Dios te bendiga mi Vale amada. Desde tu Venezuela. Te abrazo. TU Isa
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias por leerme siempre mi isa. Te extraño un mundo!
Me gustaMe gusta
Dios que belleza! Fuiste bendecida con un papá real, que no solo es, sino que está, que no solo está, sino que da, que no solo da, sino que da en abundancia, que no solo da en abundancia sino que ama, que no solo ama, sino que es capaz de dar la vida por sus hijas. Agradece a la vida siempre esta gran bendición Valeria. Y que Dios te permita compartir muchísimos momentos más con tu papi. Besos y abrazos mi niña.TQM
Me gustaLe gusta a 1 persona
Te quiero muchísimo!!
Me gustaMe gusta
Qué hermoso Valeria. Te entiendo perfectamente porque tengo la suerte de tener uno de esos papás. Besos y no dejes de escribir…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias!! Besos para ti también. Y no lo dejaré de hacer!
Me gustaMe gusta
Hermosisimo muchachita!!!! Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Isa! Otro para ti
Me gustaMe gusta