Más fácil

Es más fácil creer que no se pudo, que saber que no se quiso. Ya no estás. Mucho menos estamos. Maldito sea el plural nostálgico que se asoma en mis noches cuando están por amanecer: nosotros.

Nosotros como si nada, aunque si todo. Dijimos un adiós que no lastimó hasta que fue verdad. Dimos un abrazo que guardo como pegamento en un rincón de la memoria, para cuando la nostalgia me quiebre esta sonrisa de cristal.

Por eso hay que amar las ideas. Esas que no tienen raspones en las rodillas, ni migrañas por la tarde. Esas que no duelen. Porque el dolor es de mortales y ellas nunca mueren. Hay que amar las ideas, y qué bonita idea eres.

“Quiero quererte, pero quererlo depende de mi” repito para mis adentros, imaginando que te hablo a ti. “Así lo elegí” digo después. Libertad es una gran idea. Poder no quererte cuando quiera es una gran idea. Aunque a veces me sorprendo con la mente tan libre. Tan suelta por ahí. Y por “por ahí”, entendamos que hablo de ti.

“Pa´que te digo que no, si sí”. Si sí eres mi nostalgia favorita. Cuando faltas. Porque faltas. Te haces recuerdos en mi insomnio cuando luna, te haces sueños en mi sueño cuando sol. Siempre sólo. Eres mi nostalgia favorita. Mi favorita porque eres, y mi nostalgia porque no es conmigo.

Conmigo no es lugar para tu alma. Contigo es el lugar de la mía. Conmigo no; porque crees que no se pudo. Contigo tampoco; porque sé que no quisiste. Tú lo fácil, yo suicida; porque nosotros libres.

Y libertad es la idea que amo.

Valeria Farrés